Frank Guiller


En el año 1998 llegué a tierras de libertad buscando, además de la obvia liberación de las cadenas opresoras de la Cuba en que nací, la libertad creativa que me fue negada. Frank Guiller llegó 10 años antes y ha hecho uso de esa misma libertad creando incansablemente y mostrando su habilidad con la cámara en cada imagen. Rank, como le llaman sus amigos, me cuenta que su apodo surge a raíz de un álbum de la banda The Smiths titulado de igual manera. Un lujo tenerlo en La Manigua.  


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La Manigua: Hola Rank, bienvenido a La Manigua. Naciste en La Habana, Cuba, en 1959. Un año lleno de cambios en la isla. Estudiaste en la prestigiosa Academia de Arte de San Alejandro. ¿Cómo fueron tus primeros años de vida en Cuba? ¿Cómo comenzó tu interés por el mundo de las artes?

Frank Guiller: Mis primeros años de vida fueron muy felices. Somos tres hermanos y una familia pequeña, mi padre de una descendencia austríaca y judía. Llegó a Cuba muy joven y se casó con mi madre. Nacimos en La Habana, en el barrio del Vedado. Mis primeros pasos en el arte tuvieron la influencia de mi familia materna. Mi tío, también graduado de la Academia San Alejandro, pintor, fotógrafo y linotipista, continuamente me regalaba libros de arte pues trabajaba en el Instituto del Libro. Mi tía materna era profesora de filología en la Universidad de la Habana y también adoraba el arte. Gracias a ella conocí el Salón de Mayo, la Cinemateca de Cuba y el teatro Guiñol a una edad muy temprana y conocí a muchos artistas plásticos de renombre como Portocarrero, Servando, Raúl Martínez, Darie, etc. Tendría entonces unos ocho años y mi hermano unos seis. Tuvimos una infancia determinante en nuestra formación intelectual. Ese mismo comienzo en la vida, cerca de artistas fue lo que más nos marcó para el resto del camino. Desde pequeño recuerdo que en casa se disfrutaba mucho del arte en general: pintura, fotografía, cine, teatro y literatura. Desde pequeños empezamos a crearnos una biblioteca y, por ese entonces, tomé mi primer curso en el Museo Nacional, una especie de introducción al arte para niños.


©Frank Guiller

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Serie Escape Pareidolia - Frank Guiller


LM: En la biografía que me enviaste mencionas una influencia del realismo socialista devenido del marxismo. ¿Cómo crees que esto influyó en tus primeros años como artista? Y ¿consideras que esta influencia dejó una huella de carácter permanente en tu obra?

FG: El realismo socialista en Cuba estuvo en todo lo que nos rodeaba en el arte, sobre todo en el cine y en los posters que venían de los países socialistas, que desde los sesenta intercambiaban con Cuba la llamada “cultura del proletariado”. Como yo crecí y estudié arte en esa época, tuve toda esa influencia del cartel y el cine, por ejemplo, el polaco y el ruso. Como querían expandir la conciencia de clase, nos llegaba a Cuba primordialmente lo mejor. Recuerdo, solo por mencionar un par de films, La Madre de Pudokin, un film increíblemente bueno que, luego con los años, me tocaría estudiar por la fotografía tan inmensamente genial de Golobnya; o el film Soy Cuba, de Kalatozov, un trabajo experimental de un rico valor fotográfico. Un ejemplo mucho más reciente es Ven y Mira, de Klimov, otro logro cinematográfico que me tocó profundamente. No voy a mencionar el neo-realismo porque sería demasiado larga la respuesta, pero igual nos llegó a casi todos, a algunos artistas más que a otros. En mi obra se puede ver la influencia de la que he bebido un poco. En la fotografía me han marcado varios artistas anteriores a mí que, por alguna razón, me gustan mucho, como ejemplo de ellos te puedo citar a André Kertesz, Vasili Yegórov, Vladimir Lagrange (fotógrafos) y a artistas como Richard Estes, Chuck Close, and Philip Pearlestein (pintores). En Cuba se vio muy buen cine y muy buen teatro, así como buena fotografía, ya fuera en la Casa de las Américas o, luego, tras la fundación de la Fototeca con Mayito (García Joya) y su esposa. Hay otros fotógrafos que también conocí mejor llegando a acá y que vale la pena mencionar como influencia: Peter Lindbergh, Dorothea Lange, Walker Evans, y de los contemporáneos te voy citar solo a tres, sino se hace muy larga la lista, Van Manen, Katharine Cooper y Abigail Reynols.

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Serie The Jews - Frank Guiller


LM: Una de las series que más he disfrutado es The Jews que, como tú has dicho, tiene cierta influencia familiar. En una entrevista para Radio y Televisión Martí hablas del carácter humano que querías reflejar y del acercamiento diferente al historial del sufrimiento de esta comunidad. En retrospectiva y en los momentos que vivimos cargados de intolerancia, ¿cómo ves tú el valor de esta serie? ¿Consideras que ha mantenido su vigencia y los objetivos que te planteaste al iniciarla?

FG: Sí, Rainy. Esa serie es documento, pero también tiene algo que me hace recordar a la parte judía de mi familia, a mi padre y mis abuelos paternos. Por eso es, en cierta medida, un homenaje que yo pensé siempre que estuviera cargado de un profundo carácter humano y que, de alguna manera, fuese una serie en la que el observador pudiera desmitificar al protagonista e identificarse un poco; ver al ser humano en las cosas más cotidianas y mínimas que nos toca hacer día a día y no al religioso o al individuo sectario. Además, quería darle un giro discursivo distinto a la imagen de un grupo que la mayoría de las veces se asocia con el sufrimiento. También, de alguna manera, aspiraba a que fuera representativa de la perfecta integración de una minoría a la sociedad, y de cómo conservan sus tradiciones. Pienso que, con la corriente política divisionaria que atraviesa el país, esta serie tiene más vigencia que nunca, porque no solo expone la integración, sino que también se vuelve una alegoría de la unidad integral de una minoría que no está aislada. El planteamiento como serie y el concepto entregado sigue presente y se hace muy válido hoy.

Video The Trip - Frank Guiller


LM: A pesar de trabajar predominantemente la fotografía digital, también incursionas en el video, dibujo, pintura e instalación. Háblame de cómo eliges en qué medio trabajar un determinado proyecto. ¿Qué buscas expresar cuando empleas un medio como el video, por ejemplo?

FG: Bueno Rainy, hace mucho tiempo que seleccioné a la fotografía en general (film y digital), pero específicamente a la digital como mi lenguaje creativo esencial. Evidentemente, como estudié artes plásticas, desde muy joven he incursionado en muchos medios, desde el silk screen y la pintura hasta el grabado. Me gradué en la especialidad de grabado de la Academia de San Alejando, aunque matriculé inicialmente en la especialidad de pintura. Los medios son solo herramientas que te ayudan en tu discurso imaginario. En mi caso, he usado el video, que no es más que muchas imágenes fijas en sucesión, como una manera de reafirmar ciertos temas. Si tienes una idea en la cual quieres trabajar y la manera más fácil de hacer llegar tu mensaje es el video, pues lo usas. Comparto una idea con el escritor checo Milan Kundera quien dice que “la memoria no guarda películas, guarda fotografías”. Es una manera de abstraer la representación visual. La fotografía es una forma de ver la vida y usualmente va creciendo en ti. He incursionado en casi todos los medios, usando siempre la fotografía como lenguaje primario. Por ejemplo, una caja de luz con transparencia, un espejo impreso, un transfer fotográfico sobre madera, etc. Te incluiré aquí también una serie de dibujos que ilustraron un libro sobre “Una cena con Alicia”, que se imprimió en la agencia de publicidad donde trabajé como director de arte. Siempre trato de expresar, discernir, descubrir al ser y tratar de contribuir en su memoria eidética a ser mejor en la condición humana.

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 Dibujos Una cena con Alicia - Frank Guiller


LM: En el año 1988 emigraste a los Estados Unidos. ¿Cómo fue para ti la adaptación a la vida inmigrante? Y como tal, ¿cómo fue el proceso de reconexión artística en tu nuevo mundo?

FG: Acababa de cumplir mis 28 años, salí de Cuba con mi hermano menor Armando, quien es escultor. Para mi fue estremecedor emigrar y llegar a sentirme con la libertad de expresarme y dirigirme a donde quisiera. Los primeros momentos son como luces de colores en una ventana de esas tiendas de Broadway, siempre te conmocionan. Ahora con el paso del tiempo vas sintiendo cosas que emergen dentro de ti y empiezas a ver a la ciudad como un destierro. El pensamiento vuelve a estar muchas veces en el lugar de donde saliste y en lo que renunciaste; sientes que no perteneces aún, por muy bien que te hayas integrado a la sociedad, como fue nuestro caso. Hace falta un estudio que tome en cuenta el periodo de adaptación de un emigrante. Ese sentir el desarraigo me llevó a tratar de recogerlo en una serie fotográfica que titulé Escape Pareidolia donde el ser humano sustituye condicionalmente lo que ve por lo que piensa, tratando de sentir más armonía con su entorno. Es una serie integralmente formada por imágenes movidas. Son como un spectrum del individuo, o del grupo, una reflexión de como es verse en un medio que no es el que conoces y que te hace sentir aislado de cierta manera, aunque trates de integrarte.

En mi caso el proceso artístico continuó con la educación plástica y sobre todo la necesidad de devorar todo el arte que no había visto o que conocía solo en imágenes impresas. Aquí seguí estudiando y aplicando el conocimiento que traje. Mi primer trabajo fue de fotógrafo industrial o fotografía lineal, como también se le conoce en proyección, y de revelado en un procesador industrial, una máquina Kodak gigante y una ampliadora que solo había visto en películas de promoción. Eso me obligó a esforzarme para poder establecer una relación de continuidad con los artistas con quienes trabajaba, y que además no conocía. Estuve algún tiempo que solo trabajaba la fotografía industrial para silk screen, la separación de colores para impresión. Eran horas largas de días que se convertirían en semanas y semanas en meses, como todo es tan distinto a lo que dejas atrás, tienes que empezar por entender cómo es ese sentido común social en el que vives ahora. Así, en mi poco tiempo libre pintaba, dibujaba o veía cine, lo cual me ha servido para todo lo que soy. De a poco seguí creando, hasta que un día llegué a la conclusión de que tenía que crear como vivía y decidí usar la cámara como lenguaje.

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Serie New York Citadina - Frank Guiller


LM: Es obvio para mí que New York es protagonista en gran parte de tu obra. Me gustaría que me contaras de tu relación con la ciudad, los espacios y la gente.

FG: Sí, es cierto que deambularla me ha hecho ser uno de esos artistas que dependen de la relación con la ciudad. Me interesa ver cómo un ser humano puede llegar a ser un ciudadano. Es decir, cómo se conforma la palabra en la vida cotidiana, de ahí que fotografíe cuanto vea en New York que me parezca representativo. Si entras en cualquier estación de metro en New York es muy que probable que te encuentres a un artista haciendo música o vendiendo arte y esto convierte al subway en un submundo. He dedicado un video especialmente a este tipo de magia, la ciudad tiene esa cosa que te atrae con un magnetismo inexplicable para hacer street photography. La vida es rápida en la ciudad, de ahí que haya establecido eso de: “A lo qué encuentro interesante le disparo”. Hay una parte de sentir la ciudad en cada imagen mía de New York, como hay muchos otros artistas contemporáneos que también recrean la ciudad de esta manera en su obra. Pienso un poco en Colin Ridgway y en otros como Dave Krugman. Personalmente me atrae mucho caminar esas calles tan largas de New York. Para mí todo comenzó cuando empecé a estudiar la obra de Frank Oscar Larson, nacido y criado en Brooklyn y un amante de la ciudad de esos años 50. Al conocer su obra sentí esa misma necesidad primordial de retratar la bala de plata, como lo han llamado los poetas.  

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Serie New York Citadina - Frank Guiller


LM: En este mismo sentido, otra de tus series que me gusta mucho es Escape-Pareidolia, que mencionaste antesQuisiera que me contaras sobre la idea original de este proyecto fotográfico y ¿cómo fue tu proceso para realizarla?

FG: Hablé anteriormente de esta serie respondiendo a tu pregunta sobre la emigración. Te diré que el discurso que prevalece en la muestra es la relación entre el ser humano, su adaptación y desplazamiento. Es una serie que tiene 10 años. La comencé en el año 2010 y, a pesar de darla por concluida en 2013, la he extendido. Es un documento de la interacción de el ser humano con el entorno. Una asociación mental con lo que conoce y con el lugar que ha vivido. Es un proyecto que tiene que ver con artistas también como yo y con la transculturación. Esa experiencia por la que pasas cuando debes pensar en otra lengua y asociar lo nuevo con todo lo preexistente en tu vida, con el pasado, de ahí su nombre, porque el fenómeno hace que tu mente reaccione asociando imágenes y buscando alguna similitud aunque no exista. Para visualizar este proceso imaginé tomar fotografías en que los seres humanos parecieran fantasmas, es decir desenfocando y degradando el color para entregar la sensación de memoria. Lo que hace el olvido con la imagen nítida. Un juego entre memoria, olvido y superposición imaginaria, descrito fenomenológicamente en imágenes.

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Serie Escape Pareidolia - Frank Guiller


LM: Pienso que todos los artistas tenemos influencias, ya sean otros artistas, películas, libros, obras de arte. ¿Qué motiva a Rank a continuar creando y cuáles han sido tus mayores influencias?

FG: Ya te había mencionado algunos fotógrafos, pero releyendo me doy cuenta que lo que te relaté es sobre mi evolución como artista y debo hacer mención a aquellos primeros que desde muy joven me tocaron: Ansel Adams, Diane Arbus, Robert Frank, Capa, Irvin Penn, William Eggleston y el gran maestro Saul Letier, quien me hizo ver el color de distinta manera. Libros hay muchísimos, citaré unos diez. Los que más me han vaciado y vuelto a llenar. El Quijote, de Cervantes; La Divina Comedia, de Dante; El Principito, de Saint-Exupéry; El ruido y la furia, de Faulkner; El guardian en el trigal de Salinger; El Gran Gatsby, de Fitzgerald; El Tambor de Hojalata de Gunter Grass; Casa de Muñecas, de Ibsen; La metamorfosis, de Kafka; La montaña mágica, de Thomas Mann, y Hojas de hierba, de Whitman, por supuesto que hay muchos más, pero sería la lista interminable.

No pudiera hablar de mi obra sin tocar el cine. Voy a mencionarte los films que más me han interesado y que han hecho repensar en fotografía. Son: Rashomon de Akiro Kurosawa, Hiroshima Mon Amour de Alain Resnais, Los niños del Paraíso de Marcel Carné, Andrei Rublev y Stalker de Tarkovsky; Viridiana y El Perro Andaluz, de Luis Buñuel; El desprecio, de Godard; Persona de Bergman; La Pasión de Juana de Arco, de Dreyer; El Cielo sobre Berlín y Paris Texas, de Wender; Los 400 Golpes y Antoine y Colette de Trauffaut; Cuentos de la Luna Pálida de Mizoguchi. Y terminar con un Condenado a muerte se escapa de Bresson.

 LM: ¿Qué hay en el futuro de Frank Guiller? Planes y proyectos. ¿Nos puedes contar?

FG: Con esto de la pandemia he tenido que parar una serie de retratos que estaba haciendo que quería exponer en el año 2021. Es sobre artistas y amigos contemporáneos. Veremos qué trae el futuro. En estos momentos es casi imposible lograr una foto representativa de New York, así que habrá que elaborar en base a esta prolongación de distancia social y enfermedad global. 

Bigmouth Strikes Again (from the album Rank) by The Smiths


Miami - New York 

Octubre 21 del 2020

“Año de la Pandemia”

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