Sebastián Elizondo

Sebastián Elizondo. Cortesía de Rainy Silvestre


(Página Web, IMDB, Instagram, Facebook)


Conocí al tío Sebas, como cariñosamente le digo, hace alrededor de 3-4 años. Pero no fue hasta el año pasado que realmente LO CONOCÍ. Sebas en mi opinión es un tipo sin filtros, que te las dice en la cara como te las tenga que decir, pero si algo tiene garantizado quien lo conozca, y de ahí parte mi admiración, ¡es que la sinceridad le brota por todos lados!. Esa sinceridad que según él mismo admite le ha traído más de un problema. Con esa misma sinceridad mira, observa y captura imágenes fascinantes. El día que me lo presentaron, durante los preparativos de una exhibición organizada por Aluna Art Foundation en el espacio Concrete Space Arts en el Doral, no sabía que tenía delante a un fotógrafo de trayectoria, con vasta experiencia. Recuerdo que lo subestimé en mi mente, error fatal que supe corregir a tiempo. Esto él no lo sabe, lo estará leyendo al mismo tiempo que ustedes. Descubrí sus fotos que no paraban de asombrarme una tras otra. Sebas lo sabe: su manejo de una cámara y su técnica son envidiables. Aprendo de él constantemente; pero creo que está bueno ya de trova. Les dejo aquí su entrevista y que la disfruten. 

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

Serie “Cambula”. Sebastián Elizondo


La Manigua: ¿Quién es Sebastián Elizondo? ¿Dónde naciste, dónde te criaste? Háblame de tus primeros años.

Sebastián Elizondo: Soy un tipo que ha andado siempre en los vericuetos del arte de una manera u otra - fotografía, cine, diseño gráfico - y he podido vivir de ello, por lo que me siento afortunado.

Nací en París por circunstancias fortuitas, mis padres ambos argentinos estudiaban allá.

A los 3 años aterricé en La Habana, acompañado sólo por una azafata. Mi madre me recibió en el aeropuerto, donde tomó un avión a Centro América mientras me dejaba a cargo de Tania (Tamara Bunke), con quien compartía apartamento. Tuve una infancia compleja, llena de becas (internados), como decimos en Cuba. Mi madre viajaba mucho y por temporadas largas.

Mi rebeldía me permitió hacer el preuniversitario finalmente en la calle, ya que no me querían más en ninguna beca a pesar de las insistencias de mi madre.

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

Serie “El fondo del espejo” Sebastián Elizondo


LM: ¿Cómo llegas a la fotografía? ¿Tienes formación académica?

SE: Mi madre era directora de cine y camarógrafa, así que la fotografía estuvo muy ligada a mi infancia y tuve siempre acceso a cámaras y conocimientos básicos. En una oportunidad siendo aún un adolescente creé una cámara oscura por casualidad. Pinté de negro los cristales de las ventanas de mi cuarto para hacerlo totalmente aislado de la luz tropical, pero cómo quería espiar a mis amigos del barrio en la calle hice un pequeño agujero en una de las persianas de madera. Así una tarde de sol descubrí que en la pared opuesta a la ventana había movimientos reflejados, pero todo estaba dado vuelta. Los autos y la gente pasaban cabeza abajo por la parte superior, casi pegado al techo de la habitación, y podía ver los edificios de enfrente invertidos y el cielo a ras del piso. Me pareció maravilloso. Me pasaba horas disfrutando en el interior de mi súper cámara oscura, mirando cómo se desarrollaba el mundo afuera sin necesidad de asomarme a la realidad.

Ya mayor, al mismo tiempo que finalizaba mis estudios de Historia, entré como asistente de cámara en el CINED (Cinematografía Educativa), donde aprendí mucho junto a camarógrafos de experiencia, trabajábamos en 16mm, blanco y negro, fue un aprendizaje increíble.

A los 23 años caí en el clan Mayito/Marucha de la mano de Abigail García, mi pareja en aquel momento y también fotógrafa. Esa casa de 24 y 19 en el Vedado era un caldo de cultivo impresionante, por ahí pasaba medio mundo del arte cubano, ése es el momento en que catalicé mi pasión por la fotografía.

Soy una mezcla de autodidacta y aprendiz de brujo, al lado de grandes maestros como Raúl Martínez, Mayito (Mario García Joya), Marucha (María Eugenia Haya Giménez) y Gory (Rogelio López Marín), a los que considero mis maestros.

En el año 1987 cuando llegué a Argentina desde Cuba, trabajé durante tres años como profesor de fotografía en la Universidad de Buenos Aires en la Carrera de Ciencias de la Comunicación, lo que me obligó a sistematizar toda una serie de conocimientos que tenía desarticulados como autodidacta.

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

Serie “Homenaje” Sebastián Elizondo


LM: Sé que además de fotógrafo haces otras cosas como edición para televisión y cine, si no me equivoco? ¿Hay algo más que no sepamos de los talentos ocultos de Sebastián Elizondo?

SE: El cine y la TV han sido mi sustento fundamental, primero como camarógrafo, después como asistente de dirección y finalmente como editor. Además he dirigido videoclips y videos promocionales, y he  diseñado tapas de discos, libros y afiches. Como dije antes, es una suerte poder vivir de lo que amas. También cuando me aburro hago muebles de madera para mi casa, toda mi casa está llena de mis muebles rústicos, me da placer.

LM: En tus primeros años hiciste toda tu carrera en formato analógico, pero ahora sólo haces fotografía en formato digital. En tu opinión ¿Cuáles son las diferencias más importantes entre los dos formatos? ¿Estarías dispuesto a volver al analógico en algún momento, aunque solo sea de manera parcial?

SE: Mi formación fue en analógico y en analógico me mantuve durante 20 años. Buena parte de mi trabajo de esos años es en blanco y negro, 35mm. Usaba el color y el 6x6 para las portadas de discos, pero mi obra personal era en 35mm y aun añoro su olor. Disfrutaba mucho del cuarto oscuro, era magia para mí. Era un momento muy íntimo, estaba parado horas y no me daba cuenta, me apasionaba la alquimia. En aquel momento no teníamos los químicos preparados como ahora, que solo le agregas agua y los pones a temperatura. Hacíamos los químicos de cero, sulfato de sodio, bórax, etc., usando balancitas muy primitivas. Alguna vez se me acabó el hiposulfito y tuve que orinar para poder fijar una foto, eso no creo que lo puedan vivir los fans actuales del analógico.

Sigo teniendo mucho contacto con el analógico. Al tener que repasar mi trabajo de todo esos años, he tenido que escanearlo, limpiarlo y volverlo a editar en digital, así que sigo teniendo ese contacto hermoso con el celuloide.

A inicios de este siglo se potenció el uso del digital, sobre todo de manera profesional. Antes solo era una idea que muchos pensábamos que no llegaría a nada. Pensábamos que el pixel nunca podría suplantar al negativo; también pensábamos eso del cine y el tiempo nos demostró lo contrario.

Tengo una visión muy práctica de la fotografía, sin ataduras románticas. Lo importante para mí es lo que ves a través del lente, lo que tu cerebro procesa y lo que queda después del click, no el soporte donde lo registras. Es innegable a estas alturas que el mejor medio en sentido práctico es el digital. Ya después podemos entrar en rebuscadas discusiones, los tiempos de reflexión ante una toma o ante diez, la capacidad de poder disparar 100 veces ante un sujeto o de hacerlo 10, si el resultado final con el negativo es más noble, más rico, etc. Creo que son apreciaciones totalmente ajenas al resultado final, y creo que lo importante no es cómo se logre, sino que lo que se logra tenga un fin satisfactorio, y eso depende más del fotógrafo que del vehículo.

También creo que la actitud que se tome ante la fotografía es determinante. Yo nunca dejé de trabajar como lo hacía en analógico: nunca uso ráfagas, ni disparo más de dos o tres veces por objetivo. Analizo y estudio lo que tengo frente al lente de la misma manera que lo hacía hace 20 años, solo que me puedo dar espacio para hacer más fotografías y con mejores recursos.

¿Volvería al analógico? No. De hecho considero que los fotógrafos que usan el analógico viven en la nostalgia de un tiempo no vivido. A mí no me hace falta, 20 años fueron suficiente.

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

Serie “Pride” Sebastian Elizondo 


LM: ¿Me puedes hablar de tus mejores experiencias como fotógrafo y algún momento que recuerdes de manera especial?

SE: Tengo muchas historias, la fotografía es una aventura constante, no alcanzaría a contártelas aquí.

En Cuba en los 80s se vivía un resurgimiento de las artes plásticas, que me permitió formar parte de un movimiento muy dinámico y de cambio. Se respiraba sensación de libertad creativa, no era necesario hacer una apología de la revolución como en las dos décadas anteriores para poder exponer. Fue una etapa hermosa.

En esa época formamos el Equipo Hexágono, que empezó como un juego de 6 jóvenes estudiantes de arte.Una experiencia maravillosa y de un aprendizaje increíble, no sólo desde el punto de vista fotográfico, sino desde lo creativo en sentido más amplio, de trabajo en equipo, al lado de jóvenes que en aquel momento no eran muy conocidos y que al día de hoy son referentes de la plástica cubana, como Consuelo Castañeda, Humberto Castro o Antonio Eligio Fernandez “Tonel”. El formar parte de Hexágono también permitió integrarme y conocer gente de la joven plástica cubana, intercambiar, crecer como artista. Quizás fue mi época más rica intelectualmente, me abrió la cabeza para formarme en lo que soy hoy. Es por eso que a pesar de haber nacido en París o de tener el pasaporte argentino, como artista me considero cubano.

©Equipo Hexágono

©Equipo Hexágono

©Equipo Hexágono

©Equipo Hexágono

©Equipo Hexágono

©Equipo Hexágono

Selección de obras realizadas por el Equipo Hexágono


LM: Tienes varias series fotográficas y todas me parecen excelentes. Es difícil escoger una para debatirla. Empecemos con “Calle 8”. ¿Cómo surgió y qué tipo de estrategia has usado al realizarla?

SE: CALLE OCHO es el resultado de una seguidilla de proyectos, como lo es UNDER THE BRIDGE. Empezó a raíz de un proyecto que llevo haciendo desde hace unos años con mis dos padres. Quise, además, fotografiar ancianos para entender su tiempo personal: la vejez. Y así fue que me lancé a hacer fotos en una calle que es muy representativa en Miami, para fotografiar personas mayores que en su mayoría vinieron hace muchos años de Cuba persiguiendo una ilusión o escapando de una desilusión, y que ahora están solos en la calle, en un mundo que no les deja de ser ajeno. Esa primera idea derivó en un trabajo más amplio sobre esta calle, evitando los lugares comunes turísticos, buscando fotografiar a los habitantes y no tanto a los visitantes. Así también surge UNDER the BRIDGE, por los homeless que la habitan, y que después retomé fuera del ámbito de la Calle 8, en Italia, España, Perú, UK y Argentina. Todo a sido una concatenación de ideas y de fotos.

Otras veces sólo busco trabajar en una idea y el proyecto queda en esa idea, como en TRAILERS.

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

Serie “Trailers” Sebastián Elizondo


LM: Trailers es una serie que has concluido recientemente. En ella se muestra claramente tu versatilidad como artista visual. Es también un poco triste, tratas un tema que afecta nuestra ciudad. ¿Cómo abordas este tipo de temas de carácter social-document?

SE: Soy y he sido un fotógrafo social, pocas veces he realizado trabajos puramente estéticos. Detrás de mis fotos siempre hay una intención humanística. Eso en ciertos ámbitos no está bien visto, sobre todo en el ámbito de cierto “arte”.

Soy un fotógrafo que me gusta trabajar mucho en la calle, con la gente, y en eso estaba cuando vino la pandemia y por la relación que suelo establecer con los fotografiados, la comunicación que se genera, tuve que evitar por un tiempo ese trabajo. Como no me puedo quedar quieto, decidí hacer TRAILERS, donde el contacto humano es menor, busco capturar la esencia de los que viven allí por sus objetos, sus pequeños hogares, sus mundos.

Como te decía, no soy un fotógrafo esteticista en el sentido puro, y sin embargo en este proyecto se juntó la búsqueda puramente estética con mi humanismo fotográfico. El descubrir un grupo de gente que vive a un paso de quedar en la calle, en una lucha contra la desaparición de ese pequeño mundo, de gente humilde en medio de un barrio de ricos.

También me gusta mucho la dinámica de colores y combinaciones que hacen dentro de sus limitaciones económicas, el kitsch, el amor por ese pequeño lugar que es su mundo: un trailer y un pequeño jardín.

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

Serie “Calle Ocho” Sebastián Elizondo


LM: Obviamente eres un fotógrafo con amplia experiencia. ¿En tu opinión, cómo debe enfrentar un fotógrafo temas que se puedan considerar difíciles o delicados?. ¿En qué punto debemos como documentalistas usar nuestra discreción para mostrar algo o no? Sobre todo desde un punto de vista ético.

SE: La ética en fotografía es algo muy manoseado, y hay tantas posiciones como fotógrafos críticos. La fotografía documental, que es donde más me inserto, juega en ese límite. No soy un fotógrafo que me oculto, no saco con tele, ni desde atrás de un árbol, uso un 28mm y soy muy frontal. Para mí es esencial establecer comunicación con el sujeto, siempre he sido un fotógrafo de retratos callejeros, de sujetos mirando a cámara. Eso también es influencia de mis maestros y de mi formación en Cuba, si ves mis primeras fotos y ves las últimas, encontrarás un hilo conductor. Para mí el vínculo entre la mirada del sujeto y yo (y por extensión con el espectador) es fundamental, y ahí hay un acuerdo implícito.

Entonces, ¿qué conflicto juega la ética en ese sentido? Si mis sujetos están mostrando una actitud de complicidad conmigo, ninguna.

Algunas veces me a pasado que algún fotografiado me ha pedido que no use su foto y eso lo respeto a rajatabla. Nunca he publicado una foto donde no haya existido un acuerdo en el momento de ser tomada.

Otra cuestión es con respecto a mi trabajo UNDER the BRIDGE, es que quizás sea el trabajo que más conflicto me ha traído a nivel ético. No es fácil tratar el tema de los homeless (sin techo o sin hogar) sin entrar en enjuiciamientos morales de todo tipo. Desde que te acusen de oportunista por usar la miseria como peldaño, o que te traten de indolente por reflejar algo que otros no se animan a ver. Me ha pasado que muchas veces transeúntes me han ofendido cuando me han visto sacándoles fotos a los homeless, sintiendo que me aprovecho de la miseria. Yo lo veo diferente, y ahí vuelvo al tema de mi visión humanística. Yo busco mostrar un mundo que otros prefieren ignorar, me solidarizo con esa gente, me siento con ellos y me cuentan sus historias, me río y les ayudo en lo poco que pueda. Muchos pensarán que los uso, pero yo no hago fotografía para usar a la gente, yo hago fotografía por necesidad estética y moral.

LM: ¿Qué inspira en la vida a Sebastián? ¿Qué te impulsa a levantarte todos los días y decir: Hoy es un buen día para crear, para documentar el mundo que te rodea? Y de paso me encantaría que me mencionaras tus mayores influencias.

SE: Francamente llevo 40 años envuelto en un mundo creativo de una manera u otra y no conozco otra forma de ser. No soy un teórico,  soy una persona práctica. Lo mío es hacer, y haciendo me encuentro las 24 horas, así que se me hace difícil contestarte la primera parte de tu pregunta. Me acuesto y me levanto sintiendo lo mismo, la necesidad de hacer algo que me da placer, soy un sibarita y como sibarita disfruto la fotografía.

Mis mayores influencias:  ya te mencioné algunas. Mayito es mi maestro, muchas veces me he descubierto pensando qué diría él de alguna foto mía, sigo teniendo un vínculo estético muy estrecho con él.

El fotógrafo que más me marcó durante mi juventud fue Josef Koudelka. Su libro Gypsies lo vi por primera vez en casa de Mayito y fue como un sismo mental. Después los clásicos, desde Bresson hasta Robert Frank. Por otro lado miro muchos fotógrafos contemporáneos y fotografía actual. Para mí es muy importante mantener una constante interacción con el mundo fotográfico, ver mucho, juzgar y sacar conclusiones.

No soy un lector ávido de teoría fotográfica, cinco años de Lic. en Historia me dejaron puesto y convidado,eso se lo dejo a los críticos y curadores, yo prefiero mantenerme en el mundo de la imagen en todo sentido,para serte honesto, nunca leí Sobre la Fotografía de Susan Sontag, ni creo que lo haga.

Otras influencias… la obvia de todos los fotógrafos a nivel pictórico: Hopper, un cliché justificado y curiosamente la dupla Wing Shya/Won Kar-wai me marcó mucho durante una época. Quizás también por el lado de la narrativa del cine, pero sobre todo por la estética fotográfica.

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

Serie “El Corazón de la Isla” Sebastián Elizondo


LM: ¿Qué hay en el futuro de Sebastián Elizondo? Planes, proyectos, etc…

SE: Tengo abierto varios frentes. 

Un libro sobre La Habana con textos de escritores cubanos sobre la ciudad: EL CORAZÓN DE LA ISLA. Tenía planeado un viaje a La Habana para cerrarlo a principios de año, después de viajar a Salta para trabajar con mi padre Ángel en el proyecto DOS PADRES, pero ambos viajes se cancelaron por la pandemia.

CALLE OCHO se encapricha en no abandonarme, y va por 200 fotos preseleccionadas. La idea con el curador Willy Castellanos es llegar a una selección de aproximadamente ochenta para hacer una exposición.

También tengo dos proyectos de manipulación fotográfica: EL FONDO DEL ESPEJO, un proyecto donde hago un trabajo mas personal, sobre mi infancia y AMERICAN STANDARD, proyecto sobre la intimidad, lo público y la hipocresía.

UNDER the BRIDGE es un proyecto también en danza, pero que he dejado bastante de lado por esas consideraciones éticas de las que hablamos antes, pero ahí está, estacionado pero no abandonado.

TRAILERS, sigue luchando por la realización de un libro y una expo. Es un trabajo que me encanta y le faltaría una vuelta de rosca para cerrarlo. Quiero que pase la pandemia para fotografiar algunos interiores.

El año pasado realicé un proyecto durante junio sobre la comunidad LGTB, PRIDE. Me encantaría hacer una serie sobre la intimidad de la comunidad, como viven de puertas adentro, en sus hogares. Me fascina esa idea y ahí le sigo dando vueltas.

Por otro lado con el Equipo Hexágono estamos planificando una retrospectiva mayúscula, que conllevaría mucho trabajo de recuperación de piezas, fotográfico y de documentación. Es un proyecto ambicioso y de mucha importancia. Hexágono a través de los años a devenido en un grupo importante dentro de la historia de la plástica cubana y corresponde una buena retrospectiva.

Y después, seguir mirando, seguir fotografiando y seguir procesando, no conozco otra forma de vivir.

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

©Sebastian Elizondo

Serie “Dos Padres” Sebastián Elizondo


Muchas gracias a Sebastián por formar parte oficial de esta Manigua. Exitos en todos los planes futuros. 

Hasta la próxima entrevista. 


Miami

Agosto 26 del 2020

“Año de la Pandemia”

Using Format